A la hora de llevar a cabo un proceso de maquillado hay diferentes elementos y productos que deben utilizarse con el objetivo de conseguir el mejor resultado posible. Para lograrlo es imprescindible trabajar bajo una piel debidamente preparado para ello, si bien hay que tener en cuenta que no todas las personas tienen un cutis idéntico.
Esto provoca que las características de la piel varíen de forma considerable de unas personas a otras, en aspectos que van desde las pigmentaciones presentes en forma de pecas o lunares, hasta la tonalidad, la grasa, el color o las diferentes imperfecciones que pueda tener (acné, arrugas, cicatrices…).
Teniendo en cuenta todo lo anterior se antoja muy complicado encontrar dos pieles que sean iguales, pero aún así es posible categorizarlas. Por ejemplo, las pieles oscuras y las claras o las pieles grasas o secas. En cualquier caso, hay que tener presente que el tipo de piel sobre la que se trabaje influye directamente en el producto a utilizar.
No todos los productos pueden utilizarse sobre todos los tipos de pieles. Esto hace que haya que acudir al mercado para encontrar bases de maquillaje que realmente respondan a las necesidades y características de cada tipo de piel.
Dado que es un tema que preocupa a una gran cantidad de mujeres, te vamos a explicar en profundidad todo lo que debes saber sobre las bases de maquillaje.
Lo que te enseñamos en esta comparativa
- ¿Qué son las bases de maquillaje?
- ¿Para qué sirven las bases de maquillaje?
- Tipos de bases de maquillaje
- Cómo saber el tipo de piel que tienes
- Elección de las bases de maquillaje según la edad
- Cómo aplicar las bases de maquillaje
- Tipos de brochas para aplicar bases de maquillaje
- Los errores que no debes cometer con las bases de maquillaje
- La importancia de la rutina de limpieza facial
¿Qué son las bases de maquillaje?
Las bases de maquillaje son productos que ayuda a conseguir que la piel luzca mejor, además de ayudar a reducir las posibles imperfecciones que haya sobre la piel. Es un producto que se puede encontrar elaborado a base de aceites, químicos, etcétera y que se aplica sobre la piel del rostro cuando se va a iniciar un proceso de maquillado.
Como se puede deducir de su propio nombre, se trata de la base, la primera capa, que se aplica sobre la piel para posteriormente continuar con el resto del maquillado. Esto hace que su importancia sea máxima, siendo uno de los principales productos de maquillaje.
De hecho, su importancia es muy elevada en la vida cotidiana, ya que ayudan a las personas a definir su estilo y personalidad. A través de ellas se puede conseguir mayor confianza, seguridad y belleza en una misma, pero también mejorando la apariencia de cara a los demás.
En la actualidad, las bases de maquillaje se emplean en prácticamente cualquier ámbito, nada que ver con la década de los 80, cuando era usado de forma exclusiva en el mundo del espectáculo, en el maquillaje profesional.
Por lo general, estas bases de aplican en pequeñas cantidades sobre las zonas en las que se quiere conseguir un efecto sobre la piel, haciendo especial hincapié en aquellos en los que se detecta algún tipo de imperfección, ya sean granos, cicatrices….. No obstante, hay quienes optan por aplicarlas sobre todo el rostro.
¿Para qué sirven las bases de maquillaje?
Su finalidad es la de unificar o igualar todo el rostro, para lo cual debe cubrir, minimizar o reducir las imperfecciones existentes. Una vez concluido todo el proceso, deberá tener un aspecto perfecto para poder continuar con el maquillado.
Al comprar bases de maquillaje se busca que el resultado final sea natural, de manera que se note lo menos posible que la persona lleva puesto este producto sobre su piel. De esta forma la apariencia debe ser fino y fundirse perfectamente sobre la piel, tanto en las zonas con imperfecciones como en aquellas en las que no las hay.
Más allá de corregir las mencionadas imperfecciones, el aplicar este producto permite proporcionar más iluminación a aquellas zonas de la cara que están más apagadas o ensombrecidas. Un claro ejemplo de ello son las ojeras, que por cansancio u otros motivos pueden tener tonalidades oscuras que afectan a la apariencia del rostro.
Asimismo, hay quienes padecen en su piel de zonas con tonos amarillentos, grisáceos…, los cuales también se pueden corregir gracias a las bases de maquillaje.
Cabe también destacar que en la composición de este producto se incluyen más componentes que los concebidos para aportar consistencia y textura a la piel. Se trata del uso de sustancias protectoras, reafirmantes e hidratantes que ayudan a mejorar la salud de la piel. Estos dependen de cada producto en particular y pueden ser extractos de pepino, de regaliz, etcétera, cada uno de ellos con sus propias características y beneficios.
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Tipos de bases de maquillaje
Una vez que te hemos explicado qué son y para qué sirven las bases de maquillaje es el momento de hablarte de sus tipos. En el mercado actual es posible encontrar numerosas opciones de este producto, debiendo elegir una u otra en función de unas determinadas características.
En primer lugar, es fundamental identificar el tipo de piel que se va a maquillar, ya que en base a ello se podrá optar por la elección de un producto u otro. Es importante saber si se trata de una piel seca, grasa o mixta, pero también determinar las zonas del rostro que son neutras y cuales grasas.
En función de estas características y el tipo de piel es necesario elegir una base u otra, existiendo los siguientes tipos de bases de maquillaje:
Bases líquidas
Las bases líquidas son las más comunes y fáciles de encontrar, ya que aunque tienen algunos inconvenientes, son las más versátiles para poder trabajar sobre la piel. Además, es posible utilizarlas junto a las bases en polvo.
Dada su popularidad, son una de las bases de maquillaje más frecuentes en los catálogos de todos los fabricantes de cosméticos. Ofrecen una cobertura alta y están indicadas para cubrir imperfecciones del rostro, consiguiendo un acabado muy natural.
Como desventajas cabe indicar que un exceso de aplicación del producto, si no se difumina de la manera adecuada puede provocar un resultado que parezca como una máscara. Además, es de gran importancia elegir el tono de la piel indicado para que no se consiga un resultado artificial.
Las bases de maquillaje líquidas están indicadas para personas con pieles grasas, normales y mixtas, aunque también se puede utilizar sobre pieles secas. En cada caso hay que tener en cuenta una serie de particularidades:
- Piel grasa: En este caso se deben evitar bases de maquillaje líquidas de base aceite, ya que provocará un resultado brillante y artificial a causa de la grasa generada por la piel.
- Pieles mixtas: Las bases líquidas están indicadas para su uso con pieles mixtas en las que no se desea que aparezcan brillos. Para aplicarlo sobre ellas es preferible utilizar en primer lugar algún tipo de crema hidratante.
- Pieles secas: Se puede utilizar sin ningún tipo de inconveniente aunque tengan base aceite, ya que así estarán más hidratantes y brillantes, pero no en exceso.
Bases en polvo
Las bases de maquillaje en polvo son las más utilizadas por parte de las mujeres dentro del mundo no profesional. En el catálogo de productos de cualquier fabricante cosmético del mercado podemos encontrar diferentes bases de este tipo.
Las bases de polvo se dividen, a su vez, en dos tipos: bases de maquillaje de polvo compromido y bases de polvo mineral.
Bases en polvo comprimido
Este tipo de bases se presentan habitualmente en un formato muy compacto, en el que se incluye una esponja para facilitar su aplicación. En función de la base de maquillaje de polvo comprimido elegida se puede disfrutar de diferente tipo de cobertura.
De esta manera hay bases muy ligeras y otras que ofrecen un elevado nivel de cobertura, proporcionando un acabado empolvado con base mate. En todo caso, este maquillaje se suele utilizar en pieles en buen estado, con pocos defectos e imperfecciones.
Al aplicarla se consigue un tono uniforme sobre todas las zonas en las que se decida aplicar.
Bases en polvo mineral
Por su parte, las bases de polvo mineral son las que se presentan en formato de polvo, y que se aplican haciendo uso de una brocha. Este tipo de bases son las más indicadas para pieles grasas, en las que hay pocas imperfecciones y defectos. Además ayuden a controlar la producción de sebo, consiguiendo un tono natural y sin brillos.
Si quieres aplicarla sobre pieles mixtas o secas, se debe tener muy en cuenta que antes de aplicarla es necesario hidratar la piel. Este proceso es necesario para evitar que pueda haber una sequedad excesiva, lo que además podría provocar grietas.
Este tipo de producto son las que son más sencillas de aplicar, por lo que por ello son muchas personas las que las utilizan para empezar a maquillarse.
Bases en barra
Las bases de barra son más complicadas de encontrar en el mercado, siendo pocos los fabricantes que cuentan en su catálogo con este tipo de bases. Se usan habitualmente en en el mundo del teatro y el cine, estando principalmente relacionados con el mundo profesional.
Se trata de una base que tiene un tamaño compacto, lo que hace que sea muy manejable y cómodo de usar. Una vez que se aplica es muy ligero, pero aún así ofrece una buena cobertura. Es posible aplicarlas de una manera directa sobre el rostro, aplicándose preferiblemente con los dedos. Gracias a su textura suave se puede extender con facilidad y gestionar mejor la cantidad a aplicar sobre cada zona.
Se trata de bases de maquillaje que son válidas para todo tipo de piel, independientemente de que sean secas, mixtas o grasas. No obstante, hay que tener en cuenta que sus mejores prestaciones se dan sobre las pieles secas y mixtas, donde se pueden difuminar más fácilmente.
El principal inconveniente de este tipo de bases es que se necesita de ciertos conocimientos y experiencia para aplicarlas. Esto es lo que hace que sea utilizado principalmente por profesionales.
Bases en crema
Las bases de maquillaje en crema no son tan habituales como otros productos de este tipo en los catálogos de las marcas cosméticas. Esto es debido a que su uso está más restringido que, por ejemplo, en el caso de las bases líquidas.
Dentro de ellas podemos encontrar las bases de tipo crema y las de tipo mousse, ambas elaboradas con emulsiones de agua en aceite. Si se va a elegir una base de este tipo hay que tener en cuenta que no son bases de maquillaje recomendadas para pieles mixtas o grasas. Esto se debe a que desaparecen con una gran rapidez sobre ellas.
Las de tipo crema están indicadas para quienes tienen una piel madura o para utilizar en un maquillaje concebido para situaciones nocturnas, mientras que las de tipo mousse son más indicadas para pieles que apenas tienen imperfecciones o son jóvenes. Estas últimas se encuentran con mayor dificultad en el mercado.
Sin embargo, si son bases de bases de maquillaje para pieles secas, ya que favorecen su hidratación. Esto provoca que mejoren su firmeza y brillo, lo que beneficia al resultado final del maquillado.
El principal inconveniente que tienen este tipo de bases es que el efecto final, por su textura, puede llegar a parecer que se tiene una piel “de porcelana”.
Bases BB Cream
Las bases de maquilla BB Cream son un producto que tiene menos camino recorrido que otros tipos de bases del mercado, logrando afianzarse así en el mercado de la cosmética. En la actualidad forman parte del catálogo de prácticamente cualquier fabricante, ya que han adquirido una enorme popularidad.
Este tipo de bases tienen grandes ventajas con respecto a otros productos de maquillaje. Gracias a ellas es posible cubrir las imperfecciones presentes en la piel del rostro al mismo tiempo que unifica el tono. También protegen de los efectos dañinos de los rayos ultravioleta del sol, hidratan y ayudan a prevenir que puedan aparecer arrugas.
Todo ello las convierte en un producto muy completo que, además de permitir el maquillaje de una persona, permite proteger la piel y mantenerla sana. Además, son aptas para todo tipo de pieles, ya que se pueden encontrar tanto algunas bases para pieles grasas y mixstas como secas.
Bases correctoras coloreadas
Las bases correctoras coloreadas cuentan con colores que son llamativos y poco habituales, teniendo una finalidad que no todo el mundo conoce. Su función principal es la de matizar las imperfecciones en la pigmentación de la piel.
Se pueden encontrar tanto en textura compacta como en textura líquida, siendo estas últimas las más indicadas en los casos en los que se desee aplicar sobre toda la cara. Se pueden extender sobre una piel que se haya hidratado previamente e incluso añadiendo unas pequeñas gotas en la base líquida que se utilice.
Por su parte, las de textura compacta están pensadas para ser utilizadas sobre zonas concretas de la piel así como sobre pequeñas imperfecciones. Proporcionan una mayor cobertura que las líquidas.
Colores de los correctores
En función del tono de la piel y el efecto a conseguir, se debe elegir un color u otro, existiendo diferentes opciones:
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- Blanco o beige: Se utiliza en aquellos casos en los que se busca una mayor luminosidad en algunos puntos del rostro.
- Rosa: Está indicado para pieles apagadas o mates. Sirve para eliminar manchas oscuras que estén presentes en tonalidades de piel más claras, así como para disimular pequeñas venas.
- Amarillo: Este corrector sirve para corregir las zonas moradas que puedan estar presentes en el rostro, ya que contrarresta las tonalidades moradas y azuladas. Ademas, también aporta luminosidad.
- Azul: La tonalidad azul está indicada para pieles mates y muy oscuras. Contribuye a igualar el tono de la piel e iluminarla. Sirve para corregir manchas amarillentas o anaranjadas de la piel.
- Verde: Con este corrector es posible disimular cicatrices rosadas y pequeñas rojeces. También se puede utilizar para corregir las imperfecciones ocasionadas por acné o granos.
- Morado: Se usa para iluminar las pieles que están muy cansadas, así como para aquellas zonas de la cara en las que hay zonas pálidas o amarillentas.
- Melocotón: Este tono se indica para para las zonas más oscuras, siendo aconsejable para quienes tienen orejas visibles o necesitan de mayor luminosidad en su rostro.
- Naranja: Con él se puede compensar las manchas azuladas que pueden estar originadas por venas o hematomas. También se usa con ojeras azules muy marcadas.
- Maquillaje: El color maquillaje son los correctores de color natural. Se aplica sobre aquellos lugares en los que ya se aplicó con anterioridad otro corrector de color. Se aplican después de que este último esté difuminado y asentado sobre la piel.
Cómo saber el tipo de piel que tienes
Si tienes dudas acerca de cual es tu tipo de piel, es importante que la sepas identificar antes de la elección del maquillaje. Para facilitarte la tarea, te vamos a detallar cada uno de los tipos de piel que puedes tener:
Piel normal
Esta es la piel que se encuentra debidamente equilibrada, es decir, no es demasiado seca ni demasiado grasa. A pesar de ello, la denominada zona T formada por la barbilla, la frente y la nariz puede ser algo grasa.
Este tipo de piel se identifica por tener poros finos, una textura suave, aterciopelada y lisa, sin impurezas, una buena circulación sanguínea y un tono rosado. Además no es muy sensible.
Piel seca
En el caso de que padezcas de piel seca lo podrás saber porque produce menos sebo que la normal. Esto hace que no cuente con los lípidos que necesita para poder retener la humedad, pudiendo presentar xerosis (piel seca) en diferentes niveles de intensidad.
Entre las causas de la piel seca se encuentra la falta de factores hidratantes naturales como aminoácidos y ácido láctico, así com urea, pero también por no contar con lípidos epidérmicos.
Asimismo, podemos clasificarla en:
- Seca: Se siente frágil, tirante y áspera, con una débil elasticidad.
- Muy seca: Puede presentar sensación de tirantez, picores, descamación leve y un aspecto áspero o lleno de manchas.
- Extremadamente seca: Es propensa a picores frecuentes, aspiereza, aspecto cuarteado con grietas, callosidades y descamación.
Piel grasa
La piel grasa es aquella en la que existe una producción excesiva de sebo, lo que recibe el nombre de seborrea.
Las causas de su aparición son: razones genéticas, medicación, estrés, cambios y desequiilibrios hormonales o el uso de cosméticos que provocan irritación.
Entre sus principales características se encuentra la existencia de poros agrandados que se puede ver de forma clara, brillos en la piel y piel pálida y engrosada. Además es propensa a comedones y acné.
Piel mixta
La piel mixta es la que tienen aquellas personas en la que los tipos de piel varían de forma considerable entre la zona T y las mejillas.
Se caracteriza por tener una zona T grasa (mentón, nariz y frente), poros agrandados en esta zona y con unas mejillas que presentan una piel seca/normal.
Elección de las bases de maquillaje según la edad
Encontrar las bases de maquillaje perfectas para ti puede llegar a ser algo complicado de conseguir. De hecho muchas personas no aciertan con el producto apropiado. La elección debe basarse en varios aspectos, empezando por la identificación de tu tipo de piel y la textura de la base de maquillaje, de lo que ya te hemos hablado en este artículo.
Ahora vamos a ayudarte a que tomes una decisión de compra en función de tu edad, además de la manera en la que debes aplicarla para conseguir los mejores resultados. Debes tener en cuenta que las necesidades de la piel no son iguales a todas las edades, por lo que es importante adaptarse a ellas.
20 años
A partir de los 20 años, las bases de maquillaje deben aplicarse realizando un trazo de forma vertical en el centro de la cara, que es donde se concentran la mayoría de las imperfecciones y las rojeces.
Para ello debes hacer uso de una brocha, incidiendo sobre aquellos lugares en los que se necesita una mayor corrección. Luego debes ir difuminando la base hacia los extremos, haciendo que esta acabe siendo muy transparente.
30 años
Cuando se cumplan 30 años, es preferible contar con dos bases de maquillaje, una de ellas más oscura y otra más clara. Uno debe ser del mismo tono de la piel y otro más oscuro. Durante la época de invierno se utilizara el más oscuro para el contouring y, en verano será la base unificadora mientras que el claro se podrá utilizar como corrector de ojeras e iluminador.
40 años
A partir de los 40 años hay que tratar de evitar cualquier posible efecto máscara, ya que esto hará que contribuya a una apariencia de mayor envejecimiento. Por ello es preferible optar por fondos de maquillaje satinados. A la hora de aplicarlo debe realizarse de dentro hacia afuera usando una brocha. Esta debe aplicarse con suave movimientos que apenas toquen la piel.
50 años
Llegados los 50 años de edad, las bases de maquillaje exigen de un producto que cubra pero que al mismo tiempo hidrate. Además de satinado debe ser protector. Es preferible que sea una base que cuente con activos antiedad, además de hidratar todo el rostro previamente a su aplicación.
60 años
A partir de los 60 años es preferible usar fondos de maquillaje con un tono inferior al color de la piel. Esto ayudará a conseguir una mayor luminosidad, además de conseguir una mejor apariencia de la piel.
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Cómo aplicar las bases de maquillaje
Cuando una persona busca maquillarse, trata de alcanzar en la gran mayoría de las ocasiones un maquillaje natural, de forma que no se pueda ver como algo demasiado artificial. De esta manera se trata de huir del “efecto máscara” que se puede llegar a conseguir en el caso de que no se aplique de la manera adecuada.
Un maquillaje que cubra demasiado puede ser una buena opción para determinados ámbitos y situaciones, pero no es la mejor opción para el día a día. De hecho, las tendencias actuales en todo tipo de situaciones es apostar por maquillajes más naturales.
Para conseguir ese resultado natural que mencionamos, es muy importante elegir bases de maquillaje apropiadas, pero también hay otros factores a tener en cuenta, como son el tipo de aplicación, la cantidad y, como no, el tipo de utensilio utilizado para aplicarla. No se consiguen los mismos resultados con los dedos que con una brocha o una esponja.
A continuación te vamos a explicar cómo debes aplicar el maquillaje con cada tipo de herramienta:
Aplicación del maquillaje con una brocha
Aquellas personas que prefieran evitar el mancharse las manos pueden optar por utilizar brochas, que son la herramienta perfecta para ello. Con este utensilio es posible conseguir una mayor cobertura de la base, aunque esto también dependerá del tipo de brocha que utilices para ello. De los diferentes tipos de brocha empleados para este maquillaje te hablaremos también en este artículo.
De esta manera, si utilizas, por ejemplo, una brocha lengua de gato conseguirás una base más cubriente que si usas una de tipo mofeta. En cualquiera de los casos, a la hora de utilizar brochas de maquillaje podrás ajustar la cobertura según tus preferencias y necesidades.
Para ello tendrás que aplicar el producto con pequeñas pasadas si lo que quieres es que sea menos cubriente y si buscas mayor cobertura aplicando la base a toques. Además, podrás combinar ambos métodos, de forma que apliques más cobertura solo en aquellas zonas en las que así se requiera por sus características y la existencia de algunas imperfecciones.
Aplicación de la base con una esponja
Por otro lado, si quieres optar por una esponja de maquillaje para aplicar la base debes saber que es una buena opción si quieres un acabado ligero sobre tu piel, sobre todo si haces uso de las conocidas de tipo “huevo”. No obstante, en aquellas zonas en las que necesites de una mayor cobertura podrás aplicar el producto con toques.
Para utilizar esta esponja debes humederla con agua, de manera que así consigas que esta no absorba el producto a aplicar. Es suficiente con pasarla por el grifo y escurrirla bien antes del uso.
Si se encuentra manchada de un anterior uso podrás aprovechar este momento previo a su uso para limpiarla y de paso que se encuentre húmeda para ser utilizada. Con ella húmeda tendrás que aplicarle la base de maquillaje y empezar a utilizarla sobre tu rostro. Debes aplicarla de dentro hacia fuera, haciendo suaves pasadas cortas. Si en algunas zonas necesitas de mayor cobertura, lo podrás conseguir con pequeños toques con la esponja.
Aplicación del maquillaje combinando la brocha con la esponja
También tienes la posibilidad de optar por una técnica mixta en la que combines el uso de la brocha y el de la esponja. Esto te permitirá conseguir un resultado perfecto con la base de maquillaje.
En este caso debes empezar por aplicar el producto de maquillaje por toda la cara haciendo uso de una brocha, para, en un segundo paso, repasarlo con la esponja de maquillaje, que debes haber sido humedecida previamente. De esta manera conseguirás disfrutar de un acabado aterciopelado y ligero.
Si optas por esta técnica debes tener en cuenta que cuando hagas el repaso del rostro haciendo uso de la esponja no debes añadir más producto. De lo contrario podrías saturar la cobertura.
Aplicación de la base de maquillaje con las manos
Esta es la manera más básica de poder aplicar una base de maquillaje es la opción preferida por los expertos del maquillaje. Esto se debe a que ofrece un mayor control sobre la aplicación, además de favorecer el lograr un resultado natural, siempre y cuando se usen bases fluidas.
El poder manipular el fondo de maquillaje con las yemas de los dedos también permite calentar el producto, de manera que se consigue que se pueda asentar mejor sobre la piel.
En el caso de que optes por este método para aplicar el maquillaje es preferible que coloques unas pocas gotas de producto sobre la palma de tus manos. Una vez lo hagas debes ir aplicándolo sobre el rostro desde el centro hacia afuera.
En este caso no debes cometer el error de repartir la base por diferentes puntos de tu cara antes de aplicarlo, ya que en este caso no podrás tener ese control que es necesario sobre la cantidad utilizada, lo que hará que dejes zonas diferentes.
De esta manera es preferible que optes por distribuir el maquillaje desde dentro hacia afuera, buscando aprovechar al máximo el producto. En algunos casos te podrás encontrar con que te falta producto, pero esto no es problema, ya que si se da esta situación será suficiente con que añadas un poco más de cantidad. Además, también puedes añadir algo más si consideras que necesitas más cobertura para disimular granos, rojeces…
La mejor forma para aplicar este producto con las manos es optar por usar las yemas de los dedos, aunque puedes usar las palmas si lo consideras. Además de arrastrar estas, puedes dar pequeños toques en aquellas zonas del rostro que son más complicadas.
Tipos de brochas para aplicar bases de maquillaje
En función del acabado que desees a la hora de aplicar la base de maquillaje, tendrás que optar un tipo de técnica u otra de aplicación, teniendo en cuenta que si una persona no quiere marchar sus manos, utilizar una brocha, un pincel o una esponja será necesario para poder así hacer una aplicación oportuna.
A continuación te vamos a hablar de las principales brochas que puedes utilizar:
Brocha kabuki
La brocha kabuki es una opción a tener en cuenta por todas aquellas personas que quieran aplicar una base de maquillaje disfrutando de una buena cobertura, logrando obtener un resultado natural y uniforme. Son unas brochas que son densas y que hacen que se pueda utilizar con comodidad los productos de maquillaje en polvo y también en bases fluidas.
En este caso se debe utilizar sobre el rostro con movimientos circulares, consiguiendo así una cobertura media o total. Además, dentro de este tipo de brochas se pueden encontrar diferentes tipos, como son:
Plana
Este tipo de brochas kabuki planas se caracterizan por tener un pelo tupido y corto, además de un cabezal ancho, lo que ayuda a la hora de poder controlar en mayor medida el producto, consiguiendo un resultado más natural. Es una opción perfecta para todas aquellas personas que quieren utilizar una cobertura eficaz con un fondo de maquillaje fluido.
Se trata de un utensilio que permite mezclar el maquillaje de una forma uniforme, lo que la convierte en una opción idónea para aquellas persona que combinan hidratantes con las bases. Asimismo, es perfecta para aquellas personas que deciden combinar diferentes tonos de base para encontrar el más adecuado para su piel.
Redondeada
Una alternativa a la anterior es la brocha redondeada, especialmente indicada para los fondos de maquillaje en polvo. No obstante, si se desea se puede utilizar sin problema con las bases en crema o fluidas, consiguiendo resultados naturales y haciendo posible que se pueda llegar a distribuir de una manera adecuada el maquillaje.
Brocha ovalada
La brocha ovalada (“toothbrush”) es una herramienta adecuada para quienes buscan un resultado natural y uniforme, disponiendo de unas cerdas que son flexibles y que permiten adaptarse de esta manera al rostro de cada persona.
Son muy tupidos a pesar de ello y es muy cómoda y fácil de utilizar para conseguir los mejores resultados posibles sobre la piel.
Brocha de tipo mofeta
Una brocha mofeta recibe este nombre por la combinación de dos tipos de fibras diferentes, de colores negro y blanco. Las primeras son naturales y están combinadas con las segundas, que son sintéticas. Esto permite conseguir un acabado ligero, además de hacer que se pueda utilizar de forma muy cómoda y sencilla al aplicar el producto.
Es una herramienta muy versátil y funcional, lo que hace que se pueda emplear para usos diversos, de manera que se puede aplicar sin que el maquillaje cubra en exceso la tez.
Pincel lengua de gato
Con un diseño tupido y plano, se trata de una brocha que tiene unas cerdas que aportan una gran firmeza, consiguiendo un resultado con gran cobertura pero menos natural que el que se puede conseguir con otras de las brochas mencionadas. Se trata de una excelente opción para aquellas personas que necesitan una alta cobertura con la cual hacer frente a las imperfecciones que puedan estar presentes en la piel.
Esponja de maquillaje
Una alternativa a los pinceles y las brochas es el uso de la esponja de maquillaje, una herramienta que puede presentar una forma de tipo huevo que ofrece grandes ventajas. Para hacerlo debes humedecerla bajo el grifo antes de hacer uso de ella, lo que te permitirá conseguir resultados naturales y uniformes.
Uno de sus principales beneficios es que permite moldear la cubertura entre alta y ligera, ajustándola según las necesidades de cada persona, con solo regular las pasadas que se dan sobre el rostro.
Además de estas existen las esponjas de maquillaje de silicona, que tienen la ventaja de no absorber producto, pero ofrecen una peor adaptación a las diferentes facciones de la cara y tampoco son capaces de absorber el maquillaje, haciendo que solo funcionen para distribuirlo por la piel. De esta manera, estas últimas se indican para quienes quieran disfrutar una alta cobertura, aunque su uso hará que el resultado sea poco natural.
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Los errores que no debes cometer con las bases de maquillaje
Las bases de maquillaje son fundamentales para poder disfrutar de una perfecta apariencia del rostro,. consiguiendo así el poder lucir de la mejor manera posible y un producto indispensable en el proceso de maquillado. Sin embargo, aunque tiene muchas ventajas, esto puede llegar a ser un problema si no se aplica de la manera correcta.
Seguro que te ha ocurrido o conoces a alguien que se ha maquillado y parece que llevan unas máscara, otras que han apostado por maquillajes muy oscuros o con las arrugas demasiado marcadas, entre otros errores. Esto no tiene porque deberse de forma exclusiva por el producto elegido, sino por fallos en su aplicación.
Para que puedas saber en qué te equivocas, te vamos a explicar algunos de los errores más comunes que se tienen a la hora de aplicar la base de maquillaje:
Probar la base de maquillaje en la mano
Uno de los errores más frecuentes que se dan con respecto a las bases de maquillaje, a la hora de elegir el tono adecuado, es el probar el producto en la mano o el brazo. Lo único que podrás saber aplicando la base en tu mano es si se trata de una piel con un subtono frío o cálido, en función de si tienes las venas azuladas o verdes.
Si de verdad no quieres cometer el error de elegir un tono inapropiado y que sea, por lo tanto, lo más parecido posible al color de tu piel, lo más aconsejable es aplicar el maquillaje sobre el rostro, la mandíbula o el pómulo. De esta manera podrás comprar entre dos o tres tonos diferentes, de manera que puedas encontrar el que mejor se adapte a tu piel.
En el caso de que hagas lo mismo en la mano, donde la tonalidad de la piel es diferente, al elegir un tono te encontrarás conque el color difiere del tono presente en tu rostro. De hecho, al probarlo sobre la mano o brazo es probable que elijas un tono que sea más oscuro del que realmente necesitas.
Utilizar las mismas bases en verano y en invierno
Salvo en algún caso poco habitual, el tono bronceado de la piel cambia entre estaciones, por lo que aunque no te expongas de una forma directa al sol en verano, con el propio día a día los rayos del sol harán que tu piel esté más bronceada. Esto implica que tendrás que ajustar el tono de tu maquillaje.
Un error frecuente es utilizar la misma base de maquillaje en verano y en invierno. La solución para ello es muy simple, ya que es suficiente con tener dos tonos de base diferentes, de manera que puedas utilizar cada uno en cada parte del año. De hecho, incluso podrás combinar ambos para conseguir un tono intermedio que te sirva para el periodo de transición entre una época y otra.
otra de las opciones que puedes utilizar es recurrir a la subida del tono del fondo de maquillaje usando algún tipo de bronceador fluido o bien polvos de sol. Así podrás regular la tonalidad de maquillaje en función de tus necesidades para cada momento en particular.
No hidratar la piel previamente a su aplicación
Para poder conseguir los mejores resultados con la aplicación del maquillaje es aconsejable que antes de empezar a aplicar la base realices la correcta hidratación de la piel. Aunque no sufras de tirantez ni la notes poco hidratada y al margen de que quieras usar prebase, la hidratación es fundamental para conseguir un resultado natural.
Haciendo que la piel se encuentre debidamente hidratada podrás conseguir que el maquillaje se asienta mejor sobre la piel, lo que además contribuirá a lograr una mayor durabilidad del mismo. En el caso que prescindas de este paso, a medida que van pasando las horas el maquillaje se cuarteará, lo que afectará de forma notable al resultado final del mismo.
Aunque puedas pensar que no es necesario por tener una piel grasa o mixta, la realidad es que si no la hidratas el resultado no será perfecto. En cualquier caso siempre es aconsejable que busques una hidratante y una base apropiada para el tipo de piel que tengas. De esta manera conseguirás el resultado deseado.
Si lo prefieres puedes apostar por el uso de una base de maquilla BB Cream, las cuales aportan hidratación y color.
Aplicación sobre un cutis sucio
Además de los fallos anteriores, otro muy común que se da a la hora de utilizar bases de maquillaje es el aplicarlo sobre piel sucia, es decir, con restos de un maquillaje previo o bien sin haber llevado a cabo una limpieza apropiada.
Es preferible siempre invertir un tiempo en hacer una buena limpieza del cutis, retirando cualquier resto de maquillaje antes de volver a aplicar otro. Es habitual caer en la tentación de tratar de arreglar un maquillaje ya aplicado, pero esto no será eficaz, ya que provocará un resultado irregular.
Si quieres conseguir el mejor resultado posible no te quedará más remedio que empezar de cero, eliminando cualquier rastro de maquillaje o suciedad previa.
Utilizar una base de maquillaje más oscura que la piel
Hay quienes cometen el error de pensar que la base de maquillaje les ayuda a la hora de broncear el rostro. La finalidad de este producto es la de disimular las imperfecciones existentes en el mismo y unificar la tonalidad de la piel.
Por ello, es un error usar una base más oscura que el tono de la piel, ya que esto provocará que tu apariencia se encuentre con una efecto “máscara” que en algunos casos puede llegar a ser muy evidente y afectar claramente a la apariencia estética final.
Emplear un maquillaje que sea demasiado mate
Una obsesión para muchas mujeres es el evitar los brillos sobre su piel, lo que les lleva a decantarse por fórmulas con tonalidades mate, una base de maquillaje que no hacen más que envejecer la apariencia de la piel, sobretodo si se usan polvos para tratar de sellar el acabado del maquillaje.
Si quieres controlar la grasa, lo mejor que puedes hacer es optar es llevar a cabo una adecuada hidratación, además de utilizar bases de maquillaje adecuadas para el tipo de piel que tengas. De esta manera te será suficiente para poder controlar la existencia de brillos.
Para poder hacerles frente en algún momento que lo puedas necesitas, puedes recurrir al uso de polvos para el retoque o incluso unos papeles secantes que te ayuden a ello.
Optar por el uso de una base que cubra demasiado
Elegir un fondo de maquillaje que cubra poco es un error, pero también lo es optar por una que cubra en exceso. Uno de los errores frecuentes es pensar que una base muy cubriente es mejor para que el rostro luzca perfecto, pero la realidad es que puede envejecer la apariencia del rostro.
Si lo que quieres es tapar las imperfecciones que puedas tener en tu piel, lo más aconsejable es que pruebes por usar una base fluida, empleando correctores de color para tratar de contrarrestarlas. De esta manera podrás llegar a obtener una apariencia natural, sin un efecto máscara y que las imperfecciones de la piel queden debidamente ocultas.
No difuminar el fondo de maquillaje
Si lo que quieres es disfrutar de un maquillaje que se vea natural, es fundamental integrarlo perfectamente con tu piel. Para ello una opción que utilizan en el ámbito profesional es la de repasar toda la cara utilizando una brocha de tipo kabuki.
Para ello debes ir dando unas pasadas ligeras, haciendo que la brocha vaya gen círculos por toda la piel, logrando así un acabado uniforme. De esta manera también conseguirás evitar que haya alguna zona del rostro que tenga manchas o parches.
Una de las zonas en las que tienes que tener una mayor precaución para no caer en el error de que se produzca el efecto “máscara” es la zona del cuello.
Utilizar demasiada cantidad de producto
Cuando sobre un rostro hay diferentes imperfecciones que se desean ocultar, un error habitual es el de tratar de disimularlas utilizando una cantidad excesiva de producto, usando varias capas de base de maquillaje.
Si lo haces de esta forma es probable que consigas tu objetivo y que no se noten las imperfecciones, pero al mismo tiempo afectará a la naturalidad de tu rostro. Por este motivo lo más indicado es aplicar una cantidad que sea razonable por toda la cara y solo insistir en las zonas que así lo requieran. Recurrir a correctores y precorrectores será fundamental para poder conseguir el resultado deseado.
Aplicarla en puntos diferentes del rostro
Otro error habitual es el de aplicar la base de maquillaje en diferentes puntos del rostro. Esto es un inconveniente por varios motivos. En primer lugar es posible que utilices más producto del que realmente necesitas y, por otro, que el acabado final queda parcheado, con diferencias en el tono.
Por este motivo, lo mejor para aplicar el maquillaje es hacerlo del centro hacia afuera, añadiendo solo más cantidad de producto cuando sea necesario. Además, si haces uso de las yemas de tus dedos en lugar de una brocha, conseguirás que el maquillaje se pueda calentar, de manera que se podrá integrar mejor en la piel, desperdiciando así una menor cantidad de producto.
La importancia de la rutina de limpieza facial
La limpieza facial es imprescindible para poder conseguir una piel que esté libre de impurezas y luzca de forma uniforme. La piel del rostro se encuentra expuesta a diario a una gran cantidad de agentes tanto internos como externos que provocan que aparezcan bacterias u otras alteraciones. Esto se debe a la contaminación del ambiente, la alimentación, el sol y otros factores, entre los cuales se encuentra el propio uso de maquillaje.
Por lo tanto, si eres una persona preocupada por ello que quiere recuperar la luminosidad en la piel y hacer que esta luzca con la mejor apariencia posible, además de que se encuentre sana, es imprescindible realizar una rutina facial adecuada.
Esta rutina debe encontrarse adaptada al tipo de piel de cada persona, de manera que sea posible mantenerla hidratada y libre de células muertas e impurezas que se puedan encontrar en los poros.
Aunque una rutina de limpieza facial es siempre preferible que sea llevada a cabo por parte de un profesional, esto supone un mayor coste y puede llegar a ser suficiente con realizar el proceso de forma casera. Dada su importancia, te vamos a explicar todo lo que debes saber al respecto.
Materiales necesarios para una limpieza facial
Antes de explicarte con detalle el proceso que debes seguir para poder disfrutar de una profunda limpieza facial debes contar con:
- Un espejo con aumento.
- Guantes estériles.
- Toallas estériles o algodón.
- Lancetas.
- Esponjas faciales estériles.
- Antibacterial para la piel.
- Los productos que corrrespondan para tu tipo de piel.
Cómo hacer una rutina de limpieza facial profunda paso a paso
Para que no cometas ningún error a la hora de llevar a cabo la rutina de limpieza facial de tu rostro, a continuación te vamos a explicar paso por paso todo lo que debes hacer. Antes de ponerte a ello lava muy bien tus manos.
Desmaquillaje y limpieza de rostro y cuello
En un primer paso de la rutina facial es necesario que te encargues de desmaquillar por completo el rostro si te has maquillado con anterioridad, debiendo retirar todo el producto que se encuentre en tu cara.
Para hacerlo debes elegir un producto de desmaquillado que sea apropiado para tu tipo de piel y que te resulte cómodo de utilizar, ya se trate de agua micelar, leche limpiadora o aceite desmaquillante.
Una vez elegido el producto debes coger unos algodones y empaparlos con el producto elegido, procediendo a retirar el producto de la piel de forma muy suave, de forma que no se produzca una agresión sobre el cutis. El proceso debería empezar por los ojos y luego continuar con el resto del rostro, el cuello, el escote…
Aplicación del producto limpiador
Cuando ya hayas logrado deshacerte de todo el maquillaje presente en tu rostro es el momento de hacer uso del producto limpiador, los cuales no deben ser en ningún caso los jabones convencionales. Pueden ser, por lo tanto, una espuma limpiadora, gel o emulsión.
Debes proceder a a la aplicación del producto sobre tus manos, para a continuación aplicarlo sobre el rostro con movimientos circulares, de manera que consigas limpiar todo el rostro. Ten cuidado de que no entre en contacto con tus ojos y termina este paso retirando el producto haciendo uso de agua tibia.
Aplicación de exfoliante
Realizada una primera fase centrada en la limpieza del maquillaje, es el momento de proceder al peeling o exfoliación de la piel. Hay formas diversas de realizar este proceso, las cuales dependerán del tipo de piel de cada persona.
Debes aplicar el exfoliante de una manera similar a la llevada a cabo con el producto limpiador del paso anterior, es decir, aplicando parte del producto sobre tus manos y luego pasarlo por todo tu rostro con movimientos circulares a excepción del contorno de ojos. En este caso, debes hacer especial hincapié en aquellas zonas más grasas, con arrugas, líneas de expresión o hiperpigmentaciones…
Una vez lo hayas hecho podrás retirar el producto exfoliante haciendo uso de agua tibia y una esponja.
Tonificación de la piel
Con el rostro debidamente exfoliado, llega el momento de que realices la tonificación de la piel, un punto clave que debes tener presente siempre que laves tu rostro y tras realizar una exfoliación. Tiene gran importancia puesto que es el paso que prepara la piel para los que vienen a continuación, además de contribuir al equilibrio del PH.
Para ello debes utilizar un producto tonificante sobre tu piel, aplicándola mediante pequeños toques. Asimismo, tienes la opción de aplicarlo recurriendo a discos de algodón que previamente hayas empapado con tu loción.
Preparación de la piel
El siguiente paso consiste en la dilatación de la piel a través del calor. Como su propio nombre indica, debes encargarte de aportar calor al cutis para que así resulte más sencillo extraer las diferentes impurezas que se puedan encontrar en ella.
Existen diferentes métodos para hacerlo, como es el uso de mascarillas desinscrustantes y compresas térmicas o solamente mediante compresas térmicas directamente colocadas sobre la piel.
Sin embargo, la opción más extendida es recurrir al tradicional vapor de agua, con gotas de aceite esencial de lavanda o eucalipto. En este caso deberás exponer la piel durante unos diez minutos al calor, protegiendo siempre la zona de los ojos.
Extracción de impurezas
Realizada la dilatación de la piel es el momento de llevar a cabo la extracción de impurezas. Este paso debe realizarse de forma inmediata al anterior, con un tiempo máximo de 15 minutos de duración, ya que tras este periodo se pierde el efecto de dilatación.
Haciendo uso de un espejo con aumento, algodón y toallas estériles, además de guantes, lancetas o exctractores, todos ellos utensilios debidamente esterilizados, debes comenzar a retirar las impurezas de la piel.
Puedes empezar por la nariz para luego hacer lo propio con otras partes del rostro como la frente, el mentón o las mejillas. En el caso de que tengas acné necesitarás un antibacterial para la piel.
Durante este proceso puedes llegar a sentir dolor, sobre todo sobre algunos tipos de piel como las grasas o las que son demasiado sensibles.
Aplicación de antibacterial para la piel
Una vez finalizada la extracción de las diferentes impurezas que se encuentran presentes en la piel es el momento de afrontar el séptimo paso de una limpieza facial profunda, que consiste en la aplicación del producto antibacterial.
Este debe ser aplicado sobre aquellas zonas del rostro en las que has llevado a cabo la extracción de las impurezas. La finalidad del mismo no es otra que prevenir que puedan aparecer bacterias en estas zonas y que puedan afectar a la salud de tu piel.
La forma de aplicarlo es muy sencilla, ya que es suficiente con empapar de producto un algodón e ir aplicándolo por todas las zonas trabajadas con anterioridad.
Tonificación y descongestión de la piel
Una vez aplicado el antibacterial llega el momento de tonificar y descongestionar la piel. Tras el proceso de extracción de impurezas es posible que hayan quedado diferentes rojeces, además de que los poros estarán débiles y abiertos, por lo que es necesario realizar este paso.
Es suficiente con aplicar frío sobre el cutis, pudiendo emplear para ello un par de compresas frías, aplicando cada una de ellas durante un minuto. Una vez hecho esto tendrás que aplicar loción tonificante sobre el rostro, ya sea mediante pequeños toques o usando discos de algodón impregnados de la misma.
Mascarillas faciales
Llegando a uno de los pasos finales de una completa rutina de limpieza se encuentra la necesidad de utilizar mascarillas sobre la piel. Antes de iniciar este paso debes tener en cuenta que si tienes la piel seca antes de realizarlo es aconsejable que realices un masaje hidratante sobre el cutis de unos cinco o diez minutos.
Si, por el contrario, tu piel es grasa o mixta, te será suficiente con aplicar la mascarilla. Al elegir una asegúrate que no es agresiva con la piel y que no posee perfumes ni alcoholes, ya que esto puede afectar de forma significativa y negativa a tu piel.
Ten en cuenta que la elección de las mascarillas también depende del tipo de piel que tengas, existiendo diferentes tipos también en función de tu objetivo, aunque en este caso es exclusivamente para su limpieza.
Una vez elegida la mascarilla debes aplicar una de ellas para la zona de los ojos y otra para el rostro, dejándola actuar durante unos 10-15 minutos. Transcurrido este tipo será el momento de retirarla con agua tibia y esponjas.
Sellado con productos de día o noche
Para finalizar el proceso de limpieza facial debes sellar con una rutina de día o de noche según corresponda.
En el caso de que no vayas a irte a dormir inmediatamente después de haber realizando la rutina de limpieza debes aplicar productos de día como son la crema protectora o suero para la zona ocular; suero para cuello y rostro; protector solar; y emulsión, crema o fluido para cuello y rostro.
En cambio, si vas a acudir a dormir tras todo lo anterior, podrás aplicar los productos de noche, como es el caso de: suero para cuello y rostro; fluido, emulsión o crema para cuello y rostro; y crema o suero para la zona ocular.
Siguiendo todos los pasos aquí mencionados habrás logrado llevar a cabo una completa rutina de limpieza que te permitirá lucir el mejor estado posible de tu piel. Esto te ayudará para mejorar su apariencia y para conseguir que las bases de maquillaje que apliques te hagan lucir mejor y con menos imperfecciones.
- Purifica la piel suavemente con agentes limpiadores seleccionados para respetar la piel sensible
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